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¿Hay crimen organizado en mi empresa?

Ismael Arellano

Especialista en Crimen Financiero

16 October 2025

Cuando se habla de fraude corporativo solemos pensar en un empleado aislado que, por presión u oportunidad, decide vulnerar los controles internos. Sin embargo, la realidad es mucho más compleja. En muchas ocasiones, los fraudes no son individuales, sino colectivos: ¿Qué es una banda organizada?: Una banda organizada se caracteriza por ser un grupo estable de tres o más personas con una estructura jerárquica definida que se coordinan para cometer delitos de manera constante, buscando tener un beneficio económico y manteniendo una apariencia de legalidad para ocultar sus actividades ilícitas.


Una de las teorías criminológicas más útiles para comprender este fenómeno es la Teoría de la Asociación Diferencial, desarrollada por Edwin Sutherland. Esta sostiene que la conducta delictiva no es innata, sino aprendida a través de la interacción social. En otras palabras: las personas aprenden técnicas, justificaciones y motivaciones para delinquir al relacionarse con otros que ya participan en actos fraudulentos.


El fraude como aprendizaje colectivo

En el entorno empresarial, la asociación diferencial puede manifestarse cuando un empleado con acceso privilegiado comparte conocimientos y abre la puerta a que otros se sumen a las prácticas indebidas. Con el tiempo, se crean subculturas internas que normalizan conductas irregulares como:

  • Inflar facturas.
  • Aprobar pagos ficticios.
  • Manipular procesos contables.
  • Favorecer a ciertos proveedores a cambio de comisiones.


Lo más peligroso es que esta dinámica genera una red de complicidades, donde el silencio y la colaboración mutua se convierten en la regla. Así, lo que comenzó como un fraude aislado puede evolucionar en una banda organizada interna, con estructuras, roles definidos y hasta contactos externos que facilitan la operación.


Riesgos para la organización:

Una banda organizada dentro de la empresa representa una amenaza mayor que el fraude individual porque:

  • Aumenta la sofisticación del delito y la capacidad de encubrirlo.
  • Complica la detección temprana, ya que varios actores trabajan en conjunto para ocultar huellas.
  • Genera un clima cultural tóxico, donde la ética se degrada y la lealtad se desvía hacia el grupo fraudulento en lugar de hacia la organización.


Recomendaciones para prevenir esta amenaza

Para mitigar los riesgos derivados de la asociación diferencial y la formación de redes internas de fraude, los líderes empresariales pueden:

  1. Fortalecer la cultura ética: una organización que promueve valores de transparencia y responsabilidad reduce el atractivo de formar redes fraudulentas.
  2. Implementar rotación de personal en áreas críticas: evita que grupos cerrados se afiancen en puestos estratégicos.
  3. Monitorear patrones de relación interna: la analítica de datos y la ciberinteligencia permiten detectar comportamientos atípicos entre empleados y proveedores.
  4. Fomentar canales de denuncia seguros y anónimos: para que aquellos que no comparten las prácticas irregulares puedan reportar sin miedo a represalias.
  5. Capacitar continuamente a directivos y mandos medios: para identificar señales de colusión interna antes de que sea demasiado tarde.

La asociación diferencial nos recuerda que el fraude no se da en el vacío, sino en un entorno donde las conductas son aprendidas, compartidas y normalizadas. Reconocerlo es el primer paso para prevenir que los grupos internos se transformen en verdaderas organizaciones criminales dentro de la empresa.


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